Toñi Quiñones

"Un blog nace contigo, crece contigo, y llega un momento en que forma parte de tu vida". @Toquigo

La Metamorfosis de Kafka y las Redes Sociales

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Es inevitable no reflexionar después de leer La Metamorfosis de Kafka de las posibles interpretaciones que esta historia tiene y como sería si la aplicamos a la redes sociales.

Se me ocurren varias situaciones:

Si tienes correo electrónico, tal vez un blog, perfil en redes sociales… es porque has ido configurando poco a poco «tu espacio» en Internet, o lo que es lo mismo, has creado tu Identidad Digital.  A través de nuestra Identidad Digital nos hacemos cada día más presentes en la red y formamos parte del sistema online. Y mientras alimentamos y enriquecemos nuestro espacio, e interactuamos con el resto… existimos, por lo tanto, somos, se nos tiene en cuenta por nuestra comunidad, y eso, nos hace sentir bien, alimenta nuestra autoestima e imagen. Pero, supongamos que un día decides que ya no vas a interactuar, que ya no vas a compartir más historias… y sin decir nada, y poco a poco, vas dejando de estar, de ser, de existir… Por lo tanto, mientras participas, existes, y en cierto modo eres «importante»,  como la vaca que da leche, hasta que deja de darla…

Supongamos otra segunda opción, y es que, eres una persona «diferente»,  una persona que no suele congeniar con una mayoría, más bien con las minorías, y usas Internet y las redes sociales para expresarte de forma abierta, sin tapujos y sin complejos, a tu estilo. En las redes sociales, como fuera de ellas, los «diferentes» pueden acabar aislados como le pasó al protagonista de La Metamorfosis, mientras hacia y decía lo que todos esperaban de él y era válido, era valorado, era importante, hasta que comenzó a ser «diferente» y se convirtió en un «problema» para su familia y esta acabó por aislarlo.

En las redes sociales al igual que fuera de ellas, algunas personas por tal de ser «exitosas» dicen los que otras personas esperan leer y escuchar en lugar de ser quienes verdaderamente son, no se aceptan como «diferentes» o como «normales»,   tienen miedo y se acaban aislando en su propio interior.

Y por último, otro día te das cuenta de que tu vida está vacía, que hace días que no cuentas nada en Facebook, que no tienes fotos «chulas» que compartir en Instagram… sientes que tu vida es triste y aburrida. Vives atrapado en los deberes y obligaciones de hacer lo que se espera de ti, de hacerlo bien, de ser «normal», de seguir el ritmo marcado. No vives para ti, vives para que la maquinaria que te rodea funcione y dejas de lado lo que verdaderamente quieres y sientes.

¿Y qué pasaría si murieras mañana?… ¡Nada! la vida sigue… en Facebook, Instagram y demás redes, nadie te echaría en falta, un D.E.P en algún que otro post por algún amigo/a, unas lágrimas por la familia, y otra persona haciendo en tu trabajo lo que tu hacías.

Estas a tiempo si no lo has hecho ya de hacer lo que quieres hacer, no dependes de nadie, no dependes de un Me Gusta, ni de un Retuit, ni de un comentario con palabras de ánimo para sentirte bien o animarte a hacer lo que sientes. Eres únicamente tú el que debe dar los pasos en tu vida y hacer tu camino, un camino para no lamentarse en el lecho de muerte, para que llegado el día del D.E.P puedas decir, he vivido la vida que quería vivir, o por lo menos lo he intentado.

No te olvides de que estamos solos.

Y el libro acaba así ¡Una nueva vida empieza!

Autor: Toquigo

Educadora Social fomentando y facilitando el uso de la tecnología de forma segura.

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